Demolición, adecuación, contención de terreno mediante tablestacado, movimiento de tierras, cimentaciones especiales mediante pilotes y micropilotes, instalaciones, urbanización… una compleja obra nueva que ha integrado diferentes elementos que la hacen muy completa en lo relativo a aspectos técnico-constructivos.

Con una superficie de 10.200 m2, el proyecto, ubicado en la zona más antigua de el Puerto de El Musel, sacó a relucir restos de instalaciones perdidas, realizadas en sus más de 100 años de antigüedad, muchas de ellas no documentadas, y que obligó a la dirección técnica a una constante búsqueda de soluciones.

La proximidad del mar y su influyente carrera de mareas conllevó, no solo la programación exacta en el tiempo de excavaciones y cimentaciones, sino también la resolución de la inestabilidad del terreno durante la excavación de elementos importantes de este proyecto. Aspecto que, aunque ya contemplados en los diferentes estudios previos, tuvo una influencia mayor de lo inicialmente previsto.

La premisa fue integrar la más estricta prevención, tanto laboral como medioambiental, en todo el desarrollo de la obra con el fin, no solo de ejecutar un proyecto, sino de  minimizar cualquier impacto medioambiental a la par de ejecutar los trabajos con total seguridad.

Para ello, tanto la labor de la dirección técnica y de obra, como la colaboración y compromiso de todas y cada una de las empresas implicadas en este proyecto, fue clave para conseguir la ausencia total de incidencias en ambos aspectos.